A pedir de boca
by el irascible granaíno
Así definiría yo este fin de semana vibrante en lo deportivo, variopinto en lo personal. Era sábado por la mañana y mi resaca ya era notable –la jornada del viernes había comenzado con el típico “tapeo granaíno” con los amigos para terminar consolidando un notable ciego vespertino que ya se extendería hasta la madrugada-, pero aún así me había despertado de un brinco y con cierta soltura teniendo en cuenta lo ingerido. Ahí estaba un puntual mensaje de la parienta recordándome el trato: tú sales si quieres el viernes, pero el sábado montamos el armario de IKEA. Bendita Suecia.
Ducha fría y emprendo el camino hacia el encuentro. Como llego tarde, mercadeo con ella: mi retraso a cambio de un risotto casero –se me da bien la cocina, pensé para darme confianza frente al trato-. No hubo más llamadas. En la sobremesa, mientras ella dormía yo hice mis cálculos organizando el tiempo. Un armario de IKEA, a las 20:00 el Maligno, a las 22:00 el Valencia…esto puede ser terrible!
Efectivamente, cuando ella amaneció de su letargo procedimos a esa ritual tan ameno que supongo que muchos ya conoceréis. No exento de una motivación masoquista adicional, decidí poner la SER de fondo mientras terminábamos el montaje. Ella me miró raro, yo la entendí, pero no le hice mucho caso. Era divertido escuchar a Lama y adlátares difamar de tal manera sobre “su club de fútbol”. En estas llegó el gol de los pucelanos. Sonreí y luego imaginé que empatarían en el minuto siguiente o, en su defecto, en el descuento de penalti injusto. Así que borré mi sonrisa hasta que el bueno de José Francisco avisaba del fin del descuento. 1-0.
Con la alegría ya subida nos dispusimos a cenar. Sobraba risotto, pero no tiempo para ver el partido entero del Valencia. Así que salimos de la casa para acudir a tomar algo por ahí con un montón de gente que no conocíamos. Ella preocupada por el escaso tiempo (¿?) que había tenido para chequear sus combinaciones de ropa y yo por no ver el final del partido, en donde el Valencia ya palmaba. “Vaya, al final puede salir el día bueno”, pensé. Y no me equivocaba, porque el Valencia finalmente perdería su segundo partido consecutivo en casa demostrando la irregularidad de un equipo que ya lo está haciendo demasiado bien para como venía este verano. De eso me enteré al día siguiente donde pulsé la temperatura del haloscan la noche previa para coincidir en buenas sensaciones.
Domingo de relax. Amanezco tarde, pero antes que mi parienta y decido ponerme a cocinar para granjearme una tarde haloscanera y de pocas atenciones a la susodicha. Parece que cuela. “Soy un genio”, pienso justo antes de entender que en realidad soy un calzonazos. Como todos. Platos en la mesa, comida servida y ella que vuelve a caer en una profunda siesta. Aprovecho para comentar aquí que aunque el Villarreal se ha adelantado, el Málaga empieza los partidos de menos a más. Empata Duda. Yoyalodije! En la segunda parte vuelve a marcar el Villarreal y, cuando todo parece decidido, se obra el milagro. Pincha el submarino, líderes sin haber jugado.
Pulso opiniones otra vez. “Ahora es cuando la cagamos”, “Todo de cara…hoy palmamos seguro” y otro sinfín de comentarios se cruzan ante el momento cumbre del fin de semana. Me voy a casa de mis padres (Digital +) y procedo a mentalizarme abriendo una lata de cerveza. El partido empieza sin mucha fuerza, como mi cerveza, pero al poco le cogemos el ritmo y el mando. Alves percute por la banda derecha, Touré está bien plantado y Messi baila sobre rivales que van cayendo a sus pies con los tacos bien afilados. A Pep no le gusta mucho el panorama y cambia a Eto´o y Messi de posiciones. La cosa no mejora y el Recre consigue intimidar a la defensa blaugrana con un par de galopadas que en el Yoya se traducen como augurios de lo que pudo ser y no fue.
Continúa el baile de posiciones entre la tripleta atacante cuando Henry manda a las manos de Riesgo una bola blandita, blandita para no desentonar con su actuación hasta el momento. A Eto´o se le ve voluntarioso, con una fe en el gol enorme, pero atolondrado en el último golpeo. Esto y una mano de Riesgo abajo, hacen que llegue el final del primer tiempo, momento que aprovecho para picar algo y repasar el haloscan. Veo un comentario de Copde y enseguida desvío la mirada por la pantalla para buscar en el mismo las palabras becario y Henry. Allí están, nunca fallan.
Vuelvo frente al televisor y la tónica del partido continúa. A Henry se le ve más suelto y le llegan más balones a la carrera; buen apunte corregido en el descanso. Llega el gol de Messi que celebro airadamente. Un gol de estrategia, trabajado y bonito. Además la rompe en toda la cara del portero que poco más puede hacer salvo recogerla de dentro. Siguen los buenos minutos, Messi me vuelve a impresionar una vez más –y así desde el comienzo de la temporada- por la soltura con la que juega y encara. Henry vuelve a ganar un balón en el pico del área, amaga hacia la línea de fondo, pero se revuelve y saca un centro con rosca hacia el segundo palo donde Eto´o espera con la caña preparada. Golpea mal, como durante todo el partido, pero llega el segundo gol. Un gol a la constancia, pensé.
Pues lo marca Keita que hasta ahora no había tenido demasiada fortuna además de una lesión. Pero Keita lleva haciendo el mismo movimiento desde el principio de temporada. Ha disparado alto, ha rematado fuera o, simplemente, no ha llegado en el último momento, pero siempre ha estado haciendo ese movimiento de llegada desde segunda línea a la espalda del central. Esta vez ataja el desviado remate de Eto´o y la empuja para adentro. Me alegro bastante porque va a ser importante en estos partidos que ahora llegan.
El partido se duerme, el Recre baja los brazos y yo me relajo hasta el final del partido, únicamente sobresaltado por la criminal entrada a Messi justo antes del pitido final. Afortunadamente no ha sido nada, Messi está bien, el Barça gana un partido vital, se corona como líder destacado y culmina un fin de semana en el que todo ha salido a pedir de boca.