LA FIRMA INVITADA: Los Yoyas del mundo
por ÀXEL TORRES*
Creo que si este trabajo mío se pudiera hacer de manera perfecta –un ideal imposible, porque hay que dormir y hay que tener vida social, los dos grandes obstáculos-, sería obligatorio leer todos los Yoyas del mundo. El Yoya del Lyon, para saber si a Juninho ya le llaman cosas parecidas a Morsa o Robaplays y consideran que debe jubilarse; el Yoya del Bayern, para saber si Toni Kroos les parece un Bojan de la vida sobrevalorado por su cara de niño; el Yoya del Budyonkor-¿puede tener Yoya un club fundado en 2005?-, para saber si consideran la gira por Barcelona una maniobra circense que va afectar a su rendimiento deportivo. Sí, habría que pasarse el día leyendo Yoyas, porque no hay mejor forma de saber qué ocurre en un club que escuchando a sus aficionados: ¿de qué hablan?, ¿qué debates se generan?, ¿cuál es su estado de ánimo? Para lograrlo, habría que dominar todas las lenguas del planeta –y ese es otro sueño utópico que, por supuesto, no se alcanza ni viendo pelis raras en versión original-. No sólo eso: habría que dominar los argots, el lenguaje propio… (¿Qué idioma deben utilizar los ingleses para poner palabras extranjeras en sus textos? Rollo para decir… "Hleb es un turista, of course…" ¿Dirían… "Eboué is a tourist, por supuesto?").
Lo mejor del fútbol son las alineaciones. Me vuelven loco las alineaciones. Creo que cualquier buen aficionado que se precie, durante la semana, tiene que apostar por su alineación favorita para el próximo partido y por la alineación que cree que el entrenador va a hacer. Un Yoya también sirve para eso –y, sobre todo, para que el que acierte el once pueda pensar que el entrenador lo lee y que él es una persona influyente-. Claro que para el observador externo puede ser un auténtico coñazo leer 134 alineaciones diferentes, pero… para eso están las patums, ¿no? Te coges tres o cuatro comentaristas estrella y te fijas en lo que digan ellos…
El Yoya refleja la sociedad del siglo XXI… En el que uno, con su ordenador, puede obrar milagros… Desde su casa, sin necesidad de que le abran una puerta o de que lean su currículum, puede llegar muy lejos si escribe algo brillante. El talento como único mérito… Mucha gente se asusta ante este nuevo fenómeno, pero si responde a esta máxima no puede ser una mala noticia.
Creo que si este trabajo mío se pudiera hacer de manera perfecta –un ideal imposible, porque hay que dormir y hay que tener vida social, los dos grandes obstáculos-, sería obligatorio leer todos los Yoyas del mundo. El Yoya del Lyon, para saber si a Juninho ya le llaman cosas parecidas a Morsa o Robaplays y consideran que debe jubilarse; el Yoya del Bayern, para saber si Toni Kroos les parece un Bojan de la vida sobrevalorado por su cara de niño; el Yoya del Budyonkor-¿puede tener Yoya un club fundado en 2005?-, para saber si consideran la gira por Barcelona una maniobra circense que va afectar a su rendimiento deportivo. Sí, habría que pasarse el día leyendo Yoyas, porque no hay mejor forma de saber qué ocurre en un club que escuchando a sus aficionados: ¿de qué hablan?, ¿qué debates se generan?, ¿cuál es su estado de ánimo? Para lograrlo, habría que dominar todas las lenguas del planeta –y ese es otro sueño utópico que, por supuesto, no se alcanza ni viendo pelis raras en versión original-. No sólo eso: habría que dominar los argots, el lenguaje propio… (¿Qué idioma deben utilizar los ingleses para poner palabras extranjeras en sus textos? Rollo para decir… "Hleb es un turista, of course…" ¿Dirían… "Eboué is a tourist, por supuesto?").
Lo mejor del fútbol son las alineaciones. Me vuelven loco las alineaciones. Creo que cualquier buen aficionado que se precie, durante la semana, tiene que apostar por su alineación favorita para el próximo partido y por la alineación que cree que el entrenador va a hacer. Un Yoya también sirve para eso –y, sobre todo, para que el que acierte el once pueda pensar que el entrenador lo lee y que él es una persona influyente-. Claro que para el observador externo puede ser un auténtico coñazo leer 134 alineaciones diferentes, pero… para eso están las patums, ¿no? Te coges tres o cuatro comentaristas estrella y te fijas en lo que digan ellos…
El Yoya refleja la sociedad del siglo XXI… En el que uno, con su ordenador, puede obrar milagros… Desde su casa, sin necesidad de que le abran una puerta o de que lean su currículum, puede llegar muy lejos si escribe algo brillante. El talento como único mérito… Mucha gente se asusta ante este nuevo fenómeno, pero si responde a esta máxima no puede ser una mala noticia.
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Los Yoyas tienen otra ventaja que me apasiona… Su carácter multidisciplinar -¿era así?-. Como si se tratara de una tertulia de café en la que los temas se van mezclando unos con otros –salen, se van, vuelven a salir-, los comentaristas van hablando de fútbol –que por eso están aquí, pero no sólo por eso-, de cine, de tías, de series… vive Confi. (Ah, Confi, algún jueves te olvidas tus recomendaciones sobre los estrenos cinematográficos del día siguiente, procura no hacerlo, me ayudan mucho a decidir qué voy a ver). ¡Cómo en los bares de los campos de fútbol!
Pues eso… Que me gustaría poder leer los Yoyas de todos los equipos. Entonces, sólo entonces, estaría perfectamente informado y tendría un conocimiento amplio del fútbol internacional. Como no tengo tiempo para ello –ni para buscarlos-, me conformo con éste… Y eso que no soy del Barça, pero al menos la gente habla de las presentadoras de TV3 y de si Razzmatazz es el sitio de moda…
Pues eso… Que me gustaría poder leer los Yoyas de todos los equipos. Entonces, sólo entonces, estaría perfectamente informado y tendría un conocimiento amplio del fútbol internacional. Como no tengo tiempo para ello –ni para buscarlos-, me conformo con éste… Y eso que no soy del Barça, pero al menos la gente habla de las presentadoras de TV3 y de si Razzmatazz es el sitio de moda…
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Gashina de piel: Que en este blog se valore a un jugadorazo del nivel de Yaya Touré. No sólo tiene una gran importancia en el juego del equipo, sino que además ha sabido reinventar su posición y eso tiene un mérito tremendo.
Hay que sejir trafajando: Que muchos comentaristas de este blog sean tan anti-Cesc Fàbregas. Si yo fuera culé, estaría deseando que volviera algún día. Y si lo hace, estoy convencido de que será idolatrado en el Yoya.
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* Periodista especializado en fútbol internacional. Director de Marcador Internacional de Radio Marca. Comentarista de GOL TV y presentador del programa televisivo Planeta Áxel. Webmaster del blog Planeta Áxel.