¡¡Ahora, Quini, Ahora!!
Hemos hablado aquí bastante de los superclases que han construído las páginas de gloria de nuestra historia: Samitier, Kubala, Cruyff, Ronaldinho, Messi, Ezquerro... Pero hay otra categoría de jugadores del Barça, más importante que esa, que es la de los que han conseguido entrar en nuestro corazón.
Son hombres que quizá no tengan balones de oro ni mundiales, pero han conseguido algo mucho más importante que todo eso: el reconocimiento afectivo, el aprecio incondicional y el cariño de todos los culés.
De entre todos esos creo que hay que destacar a Enrique Castro, Quini. Pichichi impenitente, por tanto gran goleador y gran futbolista, pero mucho mejor persona. Quinocho, un hombre que llegó tras muchos años de deseo por parte del club, para darnos alegrías en forma de goles, y lo pagó teniendo que soportar un largo y penoso secuestro, en uno de los episodios más tristes de nuestra historia.
Días tristes y emotivos, pues fueron unos semanas eternas, tensas, en las que perdimos una liga más, pero eso daba igual; unos días de Núñez, Casaus, Alexanco y Schuster dándolo todo por recuperar al compañero. Unos días que terminaron con el buenazo de Quini, tras su liberación, perdonando a sus secuestradores y retirando la acusación.
Porque Quini es un tío al que el corazón no le cabe en el pecho.
El domingo vuelve Quini al Camp, después de luchar en los últimos meses entre la vida y la muerte, como entrenador accidental del Sporting de su vida, ese Sporting que no nos ha traído otra cosa que deportistas ejemplares y personas intachables: El Pitu Abelardo, Lucho... ¿mañana Villa? Dios bendiga a la conexión Gijón.
Yo creo que mañana hay algo más importante que ganar o perder: el Camp Nou debe homenajear a Quini, sí o sí. Porque en el deporte hay algo más allá de la victoria, que es ser agradecido y ser deportista.
GALLINA DE PIEL: El Camp Nou coreando el nombre de Quini. ¡Ojalá!
HAY QUE SEJIR TRAFAJANDO: El postgate. ¡Que ya somos mayorcitos, señores!