El camino que lleva a Roma (I): Lyon
A toro pasado es fácil atribuirse yoyas sobre tu equipo. Tanto en lo bueno como en lo malo. Seguramente todos ya "sabíamos" el mismo día de su presentación que Eto'o se convertiría en uno de los máximos goleadores de la historia del Barça. O que Overmars sería un bluff, y a día de hoy, el peor fichaje de nuestra historia (Saviola, costando lo mismo, al menos hizo sus goles).
Pero lo tengo que decir. En septiembre de 2005 tuve una visión. La de Puyol levantando la Champions en París. Tan convencido estaba de la hazaña que comenté en casa la idea de comprar entradas...
Sin embargo, al comienzo de esta temporada todo eran dudas e incertidumbre. Y el recuerdo de los últimos años sigue siendo duro. No creo que ningún yoyero se planteara el septiembre pasado que tuviéramos posibilidades reales de disputar la final de Roma.
Y sin embargo, las tenemos. Empezando por unos octavos asequibles avec l'OL, como abreviadamente se llama por allí.
El Olympique Lyonnais ha ganado las 7 últimas Ligue 1. Si nadie lo remedia, esta será la 8ª. Un equipo que ha cambiado mucho estos últimos años. Antes era el vecino pobre del Saint-Étienne (ciudad a 30 kilómetros que creció por la industria y hoy es una Cádiz de la vida). Ninguna liga frente a la etapa brillantísima de sus rivales entre 1961 y 1981 (9 títulos)
Su afición se restringe muchísimo a su región, y dentro de esta tiene que competir con el propio AS Saint-Étienne y con el OM (Olympique Marseille, que arrasa entre magrebíes y negros).
Lyon disputa precisamente con Marsella la categoría de segunda ciudad de Francia. Pero nuestra dicotomía Madrid-Barcelona no tiene equivalente allí. París es París... Lyon es una ciudad burguesa, un punto de paso, sin nada realmente destacable al nivel de la capital.
Ha traído tres cosas al mundo. Los crêpes, el guiñol y a Antoine de Saint-Exupéry.
¿Puede ser Karim Benzema su siguiente gran exportación?
Respuesta corta:
Me resisto a creerlo.
Respuesta larga:
Es muy difícil que un francés llegue a algo importante en el fútbol actual. El gabacho es el pettofredo por excelencia. Sigue una vida cuadriculada al extremo, es reacio a lo que viene de fuera por naturaleza, ante cualquier mínima dificultad apela al victimismo... Vive en el país máximo exponente de lo políticamente correcto.
Sin embargo, es cierto que la ascendencia mora o negra puede ayudar a superar parte de esa mentalidad, como fue el caso de Zidane o podría serlo el de este Karim. Pero no lo olvidéis, quien nace en Francia es al fin y al cabo francés a todos los efectos, también en el pettofredismo.
Ya veréis como es dificilísimo ver a un francés triunfar fuera de su país. Dentro lo tiene fácil, compite contra iguales.
Además, Benzema no viene del mismo Lyon, sino de uno de los peores suburbios de la banlieu. Algo habitual por otra parte, pero que en un futbolista puede conllevar un carácter de "niño mimado", cual brasileño de favela (salvando las distancias).
En todo caso tendremos oportunidad de verlo en la eliminatoria. Sólo añadiré que mientras ya es un icono en el país (hastá en las latás de Coca-Colá), sigue sin asentarse definitivamente en su selección, y eso es por algo.
Volviendo al equipo, sigue marchando al tran-tran de un Juninho a punto de la jubilación (pero impecable como siempre a balón parado - ojo con esto, Pek), ha fortalecido su centro del campo con una bestia parda como Makoun (que será del gusto de muchos por aquí) y se ha renovado arriba con jugadores relativamente interesantes como Kader Keita, Pjanic o Ederson.
Pienso en qué me diría mi amigo camerunés Romain, que debe seguir por allí. Más basalunista que posi, sabe quién es Quini y por supuesto es fan absoluto de Eto'o. Me aseguraría que en Lyon están todos acojonados, sólo quieren que pase el mal trago cuanto antes y los eliminemos.
Pues eso, un paso sencillo en este camino que debe llevarnos hasta Roma.
Si algún yoyero va a viajar para el partido, o lo hace en el futuro, que no olvide tomarse un crêpe con nutella a mi salud en Vieux-Lyon, concretamente un puestecillo en una bocacalle de la catedral. Los echo de menos...
Gashina de piel:
Partido cómodo, con la vuelta en casa por si hubiera algún accidente imprevisto, frente a unos pechofríos de la vida. ¡Bona nit, bona sort y bon viatge a Roma!
Hay que sejir trafajando:
¿Se dejará avasallar el Mierdepool por el Madrid? Ninguno de los dos me da miedo para un futuro cruce, pero puede ser un punto de inflexión en la autodestrucción madridista, en un sentido o en otro.