Traffic Jam
Algo huele a podrido y no es precisamente en Dinamarca. El ligero tufillo proviene más bien de Sao Paulo, donde está la sede de Traffic Sports, la empresa deportiva que en el espacio de un año ha obtenido 24 millones de euros por la venta de Henrique y Keirrison al F.C. Barcelona. Incluso hubo un tercer futbolista cuyos derechos pertenecían a Traffic, Hernanes, que a punto estuvo también de desembarcar en can Barça.
El aficionado culé se pregunta si no se han pagado unos precios excesivos por dos futbolistas semi-desconocidos, fichados a bajo coste por Traffic y que, una vez adquiridos por el Barça, son inmediatamente cedidos a otros clubes. "Inversiones de futuro", apuntan desde el club, pero la sombra de la duda se ha proyectado desde el primer día por la escasa transparencia de las gestiones.
No han sido estas transacciones las únicas operaciones entre Traffic y el Barça: cuando el club blaugrana se planteó la creación de una franquicia en Miami para jugar en la Major League Soccer, Traffic Sports USA mostró gran interés en invertir en esa iniciativa mercantil. Finalmente, el estallido de la crisis económica mundial hizo que el Barça retirase su candidatura y todo quedase en agua de borrajas.
Diluída la figura clásica del intermediario todo terreno y curtido en mil batallas que igual cerraba un traspaso en Europa del Este como acordaba un fichaje en Suramérica, cobra fuerza la apuesta del Barça por hacer negocios con esta empresa especializada en eventos deportivos y compra-venta de jugadores y cuyo dueño, José Hawilla, se jacta de haber empezado su carrera profesional vendiendo perritos calientes en las calles de Sao Paulo.
Un último apunte: Juan Mata, futbolista del Valencia que ha sonado este verano como posible refuerzo del Barça para la banda izquierda del ataque ante la imposibilidad de acometer el fichaje de Ribéry, tiene como representante a su propio padre, que es agente FIFA y al mismo tiempo es apoderado en España de la agencia Traffic. Si el extremo zurdo también acaba aterrizando en el Camp Nou habrá que pensar en acuñar la frase: "Traffic: el precio lo pongo yo".