Grata i guanya
Enfermedad típica de los niños (y de adultos con cierto retraso de maduración inmune, o sea, psicológica).
Pie de foto: pie de Kantinu
Pocas cosas en el mundo producen tanto placer como rascarse entre los dedos horas y horas cuando te afecta ese ‘bichito tan pequeño que si se cae, se mata’ (Jesús Sancho Rof, Ministro de Sanidad de UCD, 1981, a propósito de la Enfermedad del Aceite de Colza).
Yo hace años que no pillo ninguno, pero recuerdo de niño sentarme en el sofá y rascarme a rabiar hasta que el dolor o la sangre me impedían ir más allá. Luego me iba a la cocina y me comía unos Donettes sin lavarme las manos. No sé por qué pero estoy seguro de que Quimet hacía lo mismo.
Ah, y lo más grandioso de esta enfermedad: la infección se podía eternizar semanas y semanas si seguías rascándote. En cambio, se comportaba como una señorita histérica de la alta sociedad: si no le hacías ni puto caso a sus demandas de atención (picor), moría a los pocos días sin necesidad alguna de tratamiento.
Venga guarros, contad vuestras experiencias hoy que hay partido de selecciones.