Otra estrella brilla en el firmamento azulgrana, by Aragorn
Hoy no voy a hablar de fichajes, ni de tácticas ni de políticas deportivas.
Me gustaría rendir homenaje a todos aquellos culés anónimos que con su esfuerzo han contribuido al engrandecimiento de nuestro club.
El pasado viernes, un culé anónimo llamado Josep María nos dejó. Una cruel y corta enfermedad acabó con su vida en un breve plazo de tiempo.
Todos nos hemos quedado huérfanos de un conversador hábil y entendido de fútbol. Culé desde muy joven, y nacido en el norte de la provincia de Barcelona, se vino a estudiar a la capital, donde se hizo socio en el entonces Camp de Les Corts.
Allí vivió apasionantes tardes de fútbol, disfrutó con el equipo de Les Cinc Copes, y con el traslado al Camp Nou, vivió tristezas y alegrías. Fue testigo directo de más de cincuenta años de actualidad blaugrana.
Traspasó su pasión por el F. C. Barcelona primero a su amada Roser y después a sus tres hijos.
Y su hijo mayor me la traspasó a mí. Y gracias a Josep María pude asistir por primera vez al Camp Nou a ver un partido, ya que me consiguió un carnet.
Tuve el honor y el placer de jugar con él en las playas de Castelldefels durante varios años en los ya lejanos 80´s y doy fe que todavía mantenía una técnica depuradísima y una polivalencia con ambas piernas a la hora de centrar que hubiera sonrojado a más de un jugador que ha pasado por nuestro club.
Catalán y catalanista en los difíciles años del final de la dictadura y la transición, siempre fue un modelo a seguir por su moderación y compostura.
Josep María fue unos de los 30.000 culés que fueron a Basilea, que disfrutó de los desplazamientos a finales de basket, hockey o balonmano siempre que sus ocupaciones se lo permitieron.
También disfrutó de la belleza del fútbol y en particular con Kubala, Cruyff, Maradona y Ronaldinho, pero ojo, también supo reconocer el esfuerzo de jugadores no tan dotados técnicamente pero que engrandecieron nuestra leyenda como Migueli, Bakero, Alexanko o Quini, y sufrió en las épocas de vacas flacas sin títulos y cuando la nave barcelonista iba sin rumbo a la deriva.
En este momento da igual si era partidario de Núñez, Montal , Reyna o Laporta. El quería ver un club con una estabilidad y reinando por Europa y Dios le ha concedido este último deseo que ha sido ver el triplete.
Supongo que estos momentos Josep Maria debe estar hablando de futbol con su admirado Casaus, o peloteando con Kubala o centrándole balones a Kocsis para que los remate, y sobre todo con su amada Roser, para que estén juntos para siempre.
SIEMPRE TE RECORDAREMOS, JOSEP MARIA
Gallina de Piel.- El cielo es mucho más divertido ahora con Josep Maria y con Comandante Bond Senior, y que disfrutarán jugando a futbol y marcándole un gol al Real Madrid cada cinco minutos por toda la eternidad.
Hay que seguir trafajando.- La vida nos hace putadas como ésta, pero hemos de continuar.