Triplete en agosto
La primera de muchas, al saco. Que la Supercopa de España caería del lado del Barça no tenía secretos. Lo que sí creaba incertidumbre era esa primera parte de superioridad aplastante y de ocasiones falladas que dejaban un marcador a 0 injusto y agridulce para el bienestar de la culerada. Porqué Gorka fue el mejor de los suyos y sacó manos a cascaporro; porqué el Barça demostró que sigue a lo suyo - tal como lo dejó tras un mes de mayo glorioso con colofón orgiástico en Roma, cuna de bacanales - insaciable, hambriento de gloria y con la ambición y las ganas de enamorar con su fútbol de tira líneas intactas; porqué Ibrahimovic no fue el estaquirot del Gamper y dio muestras y esperanzas de que con su talento, junto al de sus compañeros, la puede liar parda aunque quizás golee menos; porqué con el Barça todo es tan fácil y evidente, y el final de sus aventuras tan cantado, que parece inconcebible no ver goleadas tras las primeras partes de los partidos. Así es la exigencia de este equipo y la buena costumbre de la culeradada, que el 0-0 dolía a la vista. Pero el peso de la lógica se impone cuando todo conduce a una única solución, y más si sumamos a Alves, Touré, Xavi y Messi. Y los goles llegaron para dar la razón al partido y enjundia y lustre al raquítico trofeo entregado por Villar. Messi destapó el tarro de las esencias con sus traviesos recortes y una definición sutil con su pierna mala (que ya no lo es tanto) en el primer gol, y un penalti ejecutado con precisión militar en el segundo (por cierto, mal el árbitro en la jugada - de hecho, bastante mal durante el partido - no dando ley de la ventaja y negándole el gol a Ibrahimovic, que no entendía nada cuando ya iba a celebrarlo con sus compañeros). Oportunísimo Bojan en su gol, aunque le sobró sobradez y temeridad en su agarre al palo (un árbitro cabrón lo anula: por fortuna el villarato aún nos cobija), correcto Maxwell en su primer partido completo como blaugrana y grandioso, una vez más, Touré, cada día más imprescindible y más gigante en este equipo. Excelente el colectivo, en definitiva, que desde el primer minuto quiso la copa, luchó por ella y la mereció tal como exigió Guardiola, y no está el patio como para llevarle la contraria.