Buscando nuevos villanos, por El irascible granaíno
“¿Sabes por qué nos caemos, Bruce? Para aprender a levantarnos”. De esta forma tan ñoña como efectiva aleccionaba el señor Wayne a todo un futuro Batman. El partido de ayer fue una caída de esas que gusta tener. Porque aprendes toda la moraleja de la situación y, sin embargo, no te cuesta puntos. Las lecturas que se pueden hacer son muchas y, siguiendo la linea argumental de la película de Nolan, el guión nos lleva a una búsqueda introspectiva por parte del equipo a través de la figura de su entrenador: Pep Guardiola.
Ayer se le planteó un nuevo reto sobre el que trabajar. Seguramente, esto le motive aún más para seguir trabajando, insaciable, como buscador de recursos. Siempre que ha habido una dificultad ha habido una reacción, un trabajo de análisis y un resultado positivo. El aprendizaje mismo aplicado sobre un equipo de fútbol. A veces no valoramos justamente el capital humano del que disponemos.
La primera parte se ciñó a un guión más o menos previsible. Posesión abrumadora para defenderse y para buscar el ataque, intimidación de tres cuartos para adelante, ocasiones para hacer recular al equipo autoconvenciéndolo de que el gol es cuestión de tiempo y, finalmente, Pedro. Pudieron ser dos si la carambola hubiera entrado en vez de golpear dos veces el poste (sensacional Ibrahimovic en la elaboración), pero no le pidamos dominar también el billar al F.C.Barcelona.
Quizá este detalle marcó la segunda parte donde el cansancio por el trabajo acumulado por algunos jugadores –Messi, Ibrahimovic o Xavi, que apenas han descansado-, y la tozuda insistencia en no variar un ápice el planteamiento inicial por parte del Almería, bajó el ritmo hasta cotas que ya casi ni recordábamos. El márcaje férreo a Xavi por parte de Chico y, en menor medida, el de Ortiz a Iniesta, maniató a los blaugrana ofensivamente pero los liberó de preocupaciones defensivas. Efectivamente, el entrenador mexicano pensó en el cerocerismo como punto de inicio y destino para su equipo, consecuencia de lo cual Valdés estuvo testimonial hasta en las cámaras.
Mediada la segunda parte, ante la apatía blaugrana, el Almería empezó a disputarle la posesión y Valdés empezó a lucir palmito en televisión. Guardiola reaccionó de inmediato. “A veces para vencer al miedo, tienes que convertirte en él” y Guardiola sacó de un plumazo a Pedro y Busquets, simbología del juego de toque canterano, para meter músculo, lucha, disputa, segundas jugadas e intimidación con Touré y Keita. La balanza se corrigió de inmediato y, excepto dos arreones en el descuento que acabaron con un simple centro cruzado (fuera de banda) y un córner a las manos de Valdés, el control volvió al que siempre quiso tenerlo. 1-0, tres puntos y partido finiquitado.
Nuevos problemas, nuevos retos y nueva búsqueda de soluciones. Este año también, el Barça Begins.